jueves, 18 de marzo de 2021

Leer...leer....

 "Leer es, en un sentido amplio, develar un secreto. 


El secreto puede estar cifrado en imágenes, en palabras, en trozos privilegiados de ese continuum que llamamos «realidad». 

Rol docente...

 “... el papel del docente es ser alguien apasionado por una materia de estudio, por un arte, por un saber y además es capaz de reelaborarlo para transmitirlo. … No son técnicas, son artísticas. Pienso más en un modelo de educador como un artista que es capaz de amar un saber determinado pero que además ama contárselo a los demás.” Carlos Skliar 

#primeroslazospsicopedagogia #CarlosSkliar



domingo, 14 de marzo de 2021

Escuchar al otro...

Escuchar al otro... “La actitud es escuchar, que está más allá de oír... tratar de escuchar lo que el otro está queriéndonos decir, esto es, una actitud fundamental.” Paulo Freire Escuchar a un niño o a un adolescente, escuchar al otro requiere estar dispuestos a escuchar lo otro, lo que no conocemos, lo que no suponemos, lo que podría sorprendernos y hasta enseñarnos algo nuevo... porque es otro. Estar dispuestos a ponernos en suspenso y al menos por un rato intentar hacer a un lado nuestro amor propio, prejuicios, heridas, temores. Entusiasmarnos con la posibilidad de descubrir y acaso comprender algo mejor, en el encuentro y desde el intercambio. Demorarnos, sentarnos, aliviar la espalda, mirar a los ojos, sonreír con una expresión que aloje, que invite a hablar como si pudiéramos detener el tiempo para escuchar eso que es cuanto nos interesa. Preguntar por genuino interés, como quien nada sabe, como quien no supone -porque el otro es otro-, no tanto por hallar una respuesta sino jugando un juego de búsqueda de sentidos y dudas, de saberes y enigmas, hacia nuevos caminos. Escuchar con la alegría de que el otro nos convoque, entre tantos otros, para decir de sus logros, su necesidad, su insatisfacción, su dolor, su enojo… Porque cuando un niño o un adolescente dicen, es que algo esperan, algo sueñan, algo quieren que crezca o que cambie… aunque no sepan de qué se trata. Aunque tampoco lo sepamos... porque son otros. Y precisan nuestra disponibilidad, nuestra escucha para escucharse. Por eso la "actitud de escuchar" es una "actitud fundamental" 
al acercarnos a un niño o a un adolescente. 
 María Laura Pons Estel y María Inés dos Santos / Primeros Lazos 🎨Ilustración de Giulia Pintus #primlazospsicopedagogia #PauloFreire

domingo, 31 de enero de 2021

Papis,no todo es dislexia!

 📍Actualmente a causa de la pandemia, muchos padres comparten más tiempo con sus hijos, sobre todo con las tareas. Sin embargo, se han detectado problemas a la hora de escribir o leer en ciertos niños, generando la sospecha de que tiene dislexia.✍🏻 👉🏻Te comentamos que si tu hijo(a) comete errores ortográficos, no significa que necesariamente tenga dislexia, ya que debe existir un diagnóstico que lo confirme.

🧑🏻‍⚕️ ▶️Por ello, te invitamos a leer ¨10 falsos mitos sobre la dislexia¨: https://bit.ly/3rKCSrw 👇🏻Compartamos este post con el fin de erradicar estos falsos mitos.

Asesoría pedagógica: Lic Carolina Bagues

1559675457

La dislexia y la discalculia se pueden detectar mucho antes de los 8 años

 La reducción del fracaso escolar es uno de los objetivos más importantes del sistema educativo. Un alto porcentaje de este fracaso va ligado a las dificultades de aprendizaje (DEA). Entre ellas encontramos las relacionadas con la lectura, la escritura y el cálculo.

Las niñas y los niños con dislexia y discalculia son aprendices peculiares que necesitan una atención diferente y específica. Pero ¿cuándo ofrecer esta ayuda?

Tradicionalmente se definía la dislexia como esa incapacidad para aprender a leer que producía un retraso de dos años en las competencias lectoras con respecto a niños y niñas de la misma edad, a pesar de tener un nivel de inteligencia normal.

Partiendo de esta definición, y teniendo en cuenta que se empieza a leer aproximadamente a los 6 años, era difícil hablar de dislexia hasta los 8 años. Este criterio diagnóstico, llamado criterio de discrepancia, quizás nos esté haciendo perder un tiempo precioso para la intervención en las dificultades en la lengua escrita.

Actualmente, se sabe de la importancia de una detección temprana de las DEA. Las características del cerebro de una persona con dislexia o con discalculia son diferentes desde el mismo momento del nacimiento. Intervenir en las prácticas tempranas en las que los niños y niñas usan los números y las letras para hacer cosas puede ser de gran importancia para prevenir estas dificultades.

Los predictores

Muestra de escritura inventada de un niño de 3 años. Author provided

Junto a estas líneas se ve un dibujo que hizo mi hijo pequeño cuando tenía 3 años. En la parte de arriba podemos ver cómo emplea ya la escritura para expresar sus inquietudes, a pesar de que todavía no ha sido sometido a un aprendizaje formal de la misma.

Un niño o niña con dislexia no realiza este tipo de producciones de manera espontánea, o lo hace con menos frecuencia o menos complejidad. Esto es lo que se llama “escritura inventada” y es uno de los mejores predictores de la futura competencia lectoescritora de un niño o niña.

Otros predictores importantes de la dislexia son la “conciencia fonológica” y la “velocidad de denominación”. La primera se refiere a la capacidad de reflexionar sobre los sonidos del habla y manipularlos a distintos niveles de complejidad (fonemas, sílabas, rimas, etc.), mientras que la “velocidad de denominación” hace referencia a lo rápido que es capaz el niño de decir el nombre de algo que se le muestra en una lámina, ya sea un objeto familiar, una letra, un dígito o un color.

En definitiva, si un niño no juega a escribir letras y números o tiene dificultades para comprender la rima o saber por qué letra empieza una palabra, puede ser que esté presentando dificultades para comprender cómo el alfabeto representa la lengua oral, o lo que llamamos “principio alfabético”. Si no hacemos nada antes de los 8 años, estos niños habrán perdido como mínimo 5 años de construcción significativa del conocimiento sobre el mundo impreso.

¿Y las matemáticas?

La discalculia se define como la dificultad en el aprendizaje y recuerdo de hechos aritméticos y la ejecución de cálculos, según uno de los investigadores más importantes en este terreno, Brian Butterworth. La discalculia se relaciona con la dificultad para manipular y reflexionar sobre conceptos abstractos relacionados con las cantidades.Los niños y las niñas, desde que son muy pequeños, tienen habilidades para percibir las magnitudes. Son capaces, por ejemplo, de distinguir entre conjuntos de cosas en los que hay distinto número de elementos. Es lo que llamamos “sentido de la cantidad”. Si a un bebé le ponemos delante de dos pantallas, una que va presentando la misma cantidad de puntos, pero distribuidos de distinta forma y otra que va presentando cantidades cambiantes de puntos, el bebé mira más cantidad de tiempo a la segunda pantalla. Esto nos indica que percibe la cantidad y que este cambio le parece más interesante que el simple cambio en el orden de los puntos.Esta sensibilidad a la cantidad, que se manifiesta al menos desde los 6 meses, recibe el nombre de “sentido numérico” y ha demostrado estar relacionada con el rendimiento escolar posterior en las matemáticas. Los niños y niñas que tienen mayor preferencia por la cantidad tienen un sentido numérico más fuerte y son, más adelante, mejores en matemáticas.El sentido numérico permite al niño hacer cosas como distinguir entre conjuntos pequeños y hace posible el aprendizaje de los números como sistema de símbolos que representan las cantidades.Uno de los índices que nos pueden dar pistas sobre un desarrollo matemático deficitario es el uso de estrategias primitivas para contar objetos a una edad relativamente avanzada. La logopeda Cecilia Yalj, en su trabajo de fin de grado presentado en el grado en Logopedia de la Universidad de Castilla-La Mancha, elaboró un vídeo explicando la forma en que podemos detectar las dificultades matemáticas basándonos en indicadores de este tipo.

Antes de los 8 años

En definitiva, podemos predecir mucho antes de los 8 años qué niños y niñas van a presentar, con mayor probabilidad, dificultades en competencias tan importantes como la lectura, la escritura y las matemáticas.No tenemos por qué esperar al fallo: podemos empezar a trabajar de manera temprana interviniendo en habilidades que están a la base de estas competencias complejas.


https://theconversation.com/la-dislexia-y-la-discalculia-se-pueden-detectar-mucho-antes-de-los-8-anos-145131




martes, 10 de noviembre de 2020

Afrontamiento psicológico del “coronavirus”

 

Afrontamiento psicológico en familia

Afrontamiento en familia del coronavirus

Esta situación, para muchas familias que han pasado de verse un tiempo limitado a estar todo el día juntos, está suponiendo una reformulación del concepto de familia.

Vamos a sentir y a descubrir nuevos aspectos de nosotros, de nuestra pareja y de nuestros hijos e hijas.

Sentiremos alegrías con ellos, pero también aparecerán emociones displacenteras y conflictivas, que antes podíamos evitar, –yéndonos de casa, por ejemplo–, y que ahora nos vemos en la necesidad de compartir y afrontar.

Ser conscientes de que todo ha cambiado es un punto de partida fundamental para gestionar emocionalmente esta nueva situación.

En este nuevo contexto, en el que no podemos eludir o retrasar durante mucho tiempo la resolución de un estado emocional, ya que vamos a estar muchos días juntos, van a ser esenciales tres claves:


lunes, 9 de noviembre de 2020

Problemáticas de la infancia

 ¿Cómo tratarlas?

El psicoanálisis, desde sus inicios, plantea que los niños/as son sujetos en tiempos de formación, que dependen para vivir material y afectivamente de los padres o de alguien que le sean importantes y significativos.

Los padres o quienes cumplan con dicha función, estarán a cargo de su crianza, que se desarrollará siempre en una época determinada y con condiciones socio-ambientales particulares y únicas.

La infancia es ese primer tiempo fundamental en donde el psiquismo comienza su constitución, que aún no será la definitiva.

Se necesitará el tránsito por la pubertad y la adolescencia para que la psiquis adquiera las operaciones que le son más esenciales.

Decíamos que el psicoanálisis, de la mano de S. Freud, les otorga a los niños/as el derecho a la palabra, a la expresión de sus sufrimientos y también le da lugar a la escucha de los padres, o quienes ocupen su lugar, como integrantes fundamentales para ayudar en el proceso terapéutico, toda vez que necesitamos brindarlo al niño/a.

Los padres o los encargados de llevar a cabo la trabajosa tarea de la crianza, son quienes consultan al terapeuta, en muchos casos por iniciativa propia, en otros por consejo o indicación del establecimiento escolar.

El psicoterapeuta escuchará atentamente a los padres, que en general se encuentran atravesados por la angustia, la preocupación, por aquello que “no anda en el niño o la niña”.

El analista prestará oídos para escuchar, en principio, si eso que “no anda” forma parte del sufrimiento del niño/a, o si sólo es algo que perciben los padres. También puede ocurrir que sea una preocupación para el establecimiento educativo, porque el/la infante no responde a los ideales de la época. O bien, lo que es peor aún, que la manera en que se expresa el niño/a en apariencia coincide con alguno de los “diagnóstico/s” que recorren nuestra actualidad y atraviesan también a la infancia (por ejemplo, el TDAHtrastorno por déficit atencional e hiperactividad).

El trabajo del psicoterapeuta con los padres del niño/a resulta fundamental e imprescindible desde la orientación psicoanalítica.

Si el analista toma al niño en tratamiento, es porque escucha que el niño/a está sufriendo, en tanto quedó detenido a nivel de su subjetividad en algún tiempo en el que era necesario un avance; o bien porque efectuó una regresión a otro tiempo más temprano, quizás porque está atravesando algún tipo de duelo (detectable o no); o porque tiene dificultades para establecer vínculos con sus semejantes y otras tantas cuestiones que pueden ser causa de dolor y/o sufrimiento psíquico.

El psicoterapeuta, si toma al niño en tratamiento, prestará su cuerpo para jugar con el/la infante. El juego (que incluye el dibujo, la traza, el modelado, etc.) será el componente esencial en el tratamiento.

¿Y por qué afirmamos que el juego es importante, y más aún, insustituible en el tratamiento de niños/as?

Porque es a través del juego que ellos expresan sus vivencias, las más placenteras, las más traumáticas. También será en el juego en donde se podrá leer qué lugar ocupa el niño/a en el vínculo familiar.

Asimismo, el niño mientras juega va estructurándose psíquicamente: maravillosamente va realizando diferentes operatorias psíquicas necesarias para su vida, en el tiempo de la niñez y como futuro adulto.  

Entonces cuando un niño en terapia juega con el analista (en forma presencial o ahora, de manera virtual) no sólo le está mostrando –sin saberlo desde su percepción conciente– cómo se encuentra en su vida y cómo vive sus problemáticas, sino también ocurre que el terapeuta, al prestarse al juego y jugar, está donando, en ese mismo acto, la posibilidad de que el niño/a lleve a cabo procesos psíquicos imprescindibles para su subjetivación. Enorme la tarea del psicoanalista que atiende niños/as.

La clínica y la investigación psicoanalítica en el campo de la niñez demuestran la gran permeabilidad y apertura que tiene la niña/o para desanudar y desarmar sus conflictivas en poco tiempo, a diferencia de los adultos.

Asimismo se pone en evidencia la cantidad de niños/as que son etiquetados con “diagnósticos de moda”, que en muchas oportunidades desembocan en la medicalización de la infancia, con las graves consecuencias que ello ocasiona.

Los adultos, de quienes los niños/as dependen totalmente, somos los que debemos estar advertidos de este peligro de la época: diagnósticos hechos a la carrera, basados en manuales de psiquiatría y que lamentablemente desplazan su singularidad, y muchas veces se imponen sobre los niños, dejando de lado sus subjetividades y el entrecruzamiento entre éstas, las particularidades de la familia y el contexto socio-ambiental donde transcurre su crianza.   

Sólo en casos muy excepcionales, un niño/a necesita ser medicado.

En su gran mayoría, los niños/as deben ser escuchados y tratados, si es necesario, con una terapéutica psicológica que incluya a los padres y, fundamentalmente, aquello que al infante le es propio: el juego sostenido y desplegado en un espacio entre el terapeuta y el niño/a.

Un niño/a no es un diagnóstico ni un coeficiente intelectual; es un sujeto en formación con todo derecho a la expresión, a la palabra, y que tiene, fundamentalmente, un futuro para desplegar sus potencialidades, siempre únicas y valiosas.

Por favor, entre todos/as no permitamos que se cosifique a los niños/as y se los encierre en una lata diagnóstica. Menos que menos se los medicalice, sacándolos del juego.

Ayudémoslo, si sufre, con el juego terapéutico, con sus padres y familia, sabiendo de antemano que siempre lo escucharemos y le abriremos la puerta para que salga a jugar.

Autora: Miriam Mazover

Autora: Miriam Mazover

Psicoanalista. Fundadora y Directora Académica de la Institución Fernando Ulloa. Más de 34 años de reconocida trayectoria en el psicoanálisis comunitario. Es autora de numerosos artículos sobre psicoanálisis publicados en revistas especializadas y medios de comunicación. Junto a la Editorial Letra Viva promovió como Directora de Colección la escritura y la confección de múltiples libros. Fue postulada por el Ministerio de Salud de la Nación, en el año 2006, al Premio Nacional “Mujeres Destacadas de la Salud”.